Monday, February 12, 2018

Y el carnaval sigue su agitado curso…

Me da mucha pena y tengo que decirlo, hemos caído en un letargo existencial que nos convierte en seres insensibles.  No temenos compasión por el prójimo, ya se nos murió el amor y nos importa un carajo lo que pase con el vecino.

Mientras tengamos aqui comida, techo y facilidad para pagar nuestras deudas, no nos importa si los vecinos se mueren o viven.  Esa es la sociedad en la que nos está tocando vivir.  No crean que soy puritano o que la traigo contra alguien, ni uno ni lo otro, sino todo lo contrario. El comentario sale a relucir precisamente ahora que una región de Bolivia pasa por una situación muy dificil.

La cifra de familias afectadas por lluvias, inundaciones y desbordes va creciendo con el pasar de los minutos, y los residentes se ven impotentes, perdiendo todas sus pertenencias materiales y algunas personas hasta su vida.   

Me refiero al desborde del río Taquiña el cual llevó consigo mazamorra afectando toda Tiquipaya.  Cientos de toneladas de lodo, palos, piedras y agua fue el denominador común en las calles de ese municipio.  Ver las tomas que lograron filmar algunos moradores, sencillamente es desolador, impactante ver la fuerza de la naturaleza en su máxima expresión arrasar con todo lo que encontraba a su paso.

Decenas de hogares llenos de lodo y los pobladores aún siguen en alerta, pues no fue una, sino varias veces que creyeron lo peor había pasado, cuando de repente otra alud de mazamorra entraba al municipio con fuerza avasalladora ante la mirada de impotencia de personas que no podían creer lo que estaban mirando, como se habían ensañado la lluvia y el deslabe contra sus pocas pertenencias, frutos de muchos años de trabajo. Hasta el momento no se tiene un número exacto de desaparecidos ni de los muertos.


Mientras decenas de personas lo pierden todo, permanecen batallando en su lucha desigual contra la lluvia, lodo, piedra, palos, etc., en otra región del país, miles de personas se concentran en la celebración del carnaval, el corso, la entrada, la farra y el desfilfarro en bebidas alcohólicas y exhibición de trajes coloridos, cadenciosos movimientos de cintura y piernas de exuberantes jovencitas.  Alli no ha pasado nada, por lo tanto que siga la rumba y de aquellos que la naturelaza sumió en la desgracia, nada, mala suerte.

Dónde está el sentimiento por los demás? La ayuda al prójimo? Desde cuándo somos tan indolentes? Ah! Y no crean que pretendo que por la desgracia de Tiquipaya el mundo deba detenerse, no, jamás.  Sin embargo, un poquito de compasión, de solidaridad, de buena vibra, prudencia, no estaría mal.

Por suerte no todo está perdido, hay un grupo de cochabambinos, bolivianos en general y amigos de los bolivianos que han programado una gran kermesse para el domingo 25… los detalles vienen por ahí, pero será algo grande para llegar y dar una mano amiga a estas familias que se quedaron sin nada.

Mientras miles festejan, en buena hora, el carnaval, otros estaremos haciendo lo posible por recaudar fondos y mejorar la calidad de vida de tantas familias que quedaron en las calles. Continuará.

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