Saturday, November 28, 2015

A los que me preguntaron...

Si, tengo ya 56 años de edad, y trabajo ayudando a los necesitados desde hace cerca de 35 años, más de la mitad de mi vida haciendo el bien a quien puedo, especialmente a niños y ancianos, que son los dos grupos más vulnerables.

Que alguien no crea en el trabajo que hacemos, eso me tiene sin cuidado.  Los hechos estan ahí.

No recibo dinero a cambio, ni ningún tipo de remuneración, ni reconocimiento, ni placa, ni homenaje, ni crédito, no los necesito.  Mi mejores reconocimientos son: su apoyo incondicional y ver la sonrisa sincera de agradecimiento de un niño y su familia de escasos recursos, a quienes gracias a la colaboración de todos, podemos extender una mano amiga.

No me considero jefe, ni fundador, ni organizador, ni presidente, ni dueño, ni de ideas originales, ni de iniciativas algunas, soy un voluntario más, un intermediario cualquiera que agarra lo que ustedes donan y lo entrego a quienes más lo necesitan.

Y esto lo hago con nuestra organización “los niños de maria” como con cualquier otra organización que necesite de nuestra ayuda.  Lo mismo para niños de mi país, como para niños de cualquier otro país del mundo.

En cada una de nuestras actividades, la mayoría de las veces soy el primero en llegar y el último en salir. Es una muestra de vocación de servicio.

Espero nunca me miren con poses de estrella, lo mismo limpio mesas, piso, quito y pongo mesas, asi como puedo servir de anfitrión o de vendedor de boletos para las rifas. Eso en vez de quitarme me suma.

Como humano que soy, no pueden esperar que sea perfecto, pero hay ciertas cosas que me distinguen, valga la modestia.  No veo problemas, siempre prefiero mirar soluciones, no complico, me gusta simplificar, no resto, me gusta sumar.

Reconozco el trabajo y aporte de los demás, no aspiro a que nadie reconozca lo que hago ni pido nada a cambio, hago todo esto por que me sale del corazón y soy feliz haciéndolo, solo esperando que otros copien este ejemplo y juntos, ayudemos a más necesitados.  Porque solo uniendo fuerzas y siendo sinceros podremos lograr mejorar la calidad de vida de muchos que han tenido menos suerte que nosotros.

Y creanme, admiro y respeto el esfuerzo de todos. El crédito es todo de ustedes, a mi solo me queda la grata satisfacción de que sin importar quien hizo qué, este trabajo sirve de mucho para aquellos que nada tienen.  Cuando de ayudar se trata, que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha.  No digamos una cosa y hagamos otra.  Porque no se trata de quien más dió o más hizo, sino de a cuantos pudimos beneficiar.

Gracias mil a todos!

 

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