Wednesday, October 24, 2012

Mi experiencia como boxeador y lucha libre

Cuando uno pasa hambre como que no piensa bien.  ¿Ustedes se imaginan dizque yo de boxeador o de luchador? No jodan!  Pues bien, por tanto insistir a un entrenador de la ciudad donde vi mis primeros años de vida, como para salir de mi, me aceptaron en el club de boxeo y allí me inscribieron en la categoría “peso lástima” del CMB (comite de mediocres y babosos).  Me decían el hueso que hablaba.

Mi primer contricante fue un muchachito que parece que estaba arrecho, o que en su casa le habían hecho algo malo, pero muy malo, la vaina es que no me tuvo compasión.  Sin dudas que ese chamaquito había tenido un mal día o que se yo, pero al primer campanaso se me fue encima y de ahí en adelante no sé que pasó.  Me contaron que con el primer gancho de izquierda me sacó una muela careada que tenía cerca del cielo de la boca, luego me soltó otro ramplimazo en el estómago que voté los gases que tenía guardado desde niño, y cuando iba para la lona, me alcanzó con otro gancho que me dejó los ojos virados como los tengo.  Una trompada más y de dejaba bizco.  Desperté una semana después.

Me borré de ese club de boxeadores, y entonces me dio con inscribirme en uno de lucha libre, dizque porque en ese deporte todo es de mentiras, los luchadores no se pegan, todo es marabarismo, trucos, etc.

El asunto es que me puse de fresco a pedir que me dejaran pelear la misma semana que me inscribi, sin prácticar y sin entrenamiento alguno.  Al ver tanta insistencia me incluyeron en una cartelera estelar donde incluso iban a pelear luchadores extranjeros: “la muerte”, el acertijo”, “doble nelson” “máscara gris”, “el terror” etc. 

No me asusté porque estaba seguro que eso de la lucha libre es puro aguaje, puro show, nada de que preocuparse y además prometieron pagarme bien. 

Me dieron un uniforme, con letras rojas en el pecho que decian “la lombríz atómica”, pero me puse chivo, cuando alguien dijo: “si este aguanta dos caídas es brujo”.  Me encaramé en el ring, y me emocioné mucho al ver el gentío que había allí, y hasta me sentí dichoso, por poder participar en una velada como esta.

Estaba perdido en un pensamiento de alegría, cuando sonó la campana y sin siquiera prepararme, de repente vi la dos plantas de los pies del otro luchador que venían volando directo a mi quijada.  Yo jamás había visto a un hombre volar por los aires acostado de esa forma y tan rápido.

Me contaron que el loco ese me dió un yaguazo en la quijada, yo solo sentí como si hubiera sido  un martillazo, con dicho golpe me sacó 8 dientes y 2 muelas, y el golpe me lanzó directo a los hierros de una de las esquinas del ring, sin dudas que iba a dejar alli lo mejor de mi cerebro al chocar con el tubo y asi fue, quedé aturdido, como cuando a uno  le da la gota, y antes de perder el conocimiento, sentí que el otro luchador me brincaba encima y un desgraciado, que después supe que era el “referi”, me contaba: “uno”, “dos”, no alcance a oir más… pero me contaron que antes de llevarme al hospital el animal de contricante que me tocó, me dió otro golpe en el estómago con el que me sacó todo lo que me había comido ese mes y me vació como se vacea una goma pinchada. Diez años después de esa pelea todavia me salía sangre por la nariz y de vez en cuando aparecían pedazos de lengüa entre las muelas.

Los 20 pesos que me dieron por la pelea no alcanzaron ni para la ambulancia. Y desde ahí aprendí que es mejor provocar a “un toro sebú” o darse porrazos en la cabeza contra un tanque de guerra y no desafiar a un maldito luchador con hambre de ser campeón.

Después de esta pelea duré dos años para que me repararan dos costillas y un hueso que nunca fue posible descubrir de que parte del cuerpo era.  Así terminó mi carrera de boxeador y luchador.  Incursione en el karate, pero esa es otra historia.  Finalmente, me metí a cronista de espectáculos y a viajar por todo el mundo.

Luego les explico las veces que me han sacado de eventos y las veces que me han tirado de algunos escenarios.  Gajes del oficio.

Recomiendala a tus amigos en www.palobonito.com  el blog que nos enseñó a leer…

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